Si permitimos que las circunstancias pasen a ser el actor principal en nuestras deciciones ocurrirá que nunca tomaremos el control de nuestras emociones y por ende, de nuestras reacciones.
Tú decidiste vivir la vida que decidiste vivir, quizás no conscientemente, pero lo hiciste.
Esta frase resume como es nuestra actitud frente a la vida, como nos desenvolvemos en el día a día. Continuamente dejamos que las circunstancias que nos rodean, nos impacten tanto en nuestras vidas que pasan a ser controladores de nuestro ánimo; y sin darnos cuenta, sin ser conscientes, hemos hechos acciones que no queríamos, hemos actuado de una forma irracional, sentimos que nuestro ambiente se ve enrarecido rodeado de "mala suerte" o "malas vibras". Y ocurre que todo partió en el cómo decidimos inicialmente afrontar esa circunstancia.
Con esto, no estoy diciendo que seamos insensibles ante una tragedia o ante el pesar de una persona. Eso es imposible, nuestra emoción aflorará pero, la diferencia va en que aquellas personas que tiene el control de su vida de aquellas que no, es que las primeras tienen "claro" que la han elegido; y de la misma forma que la eligieron, son capaces de asumir una actitud a partir de esta elección. Y podrán cambiarla o desecharla, según se den cuenta de como reacciona el entorno ante ella.
No estoy hablando de ser falso, de ser y parecer, no no no. Estoy hablando de SER CONSCIENTES DE NOSOTROS MISMOS, de tomar las riendas de nuestras vidas y no dejar que otras personas sean las que decidan por nosotros. Puede ser que lleves años con esa actitud y ya es cómodo que así sea, pero del momento de que conscientices de quién tiene el control de tu vida, tienes la RESPONSABILIDAD de intervenir y de hacer algo. Y la elección como en casi todas las cosas es una simple toma de deciciones: o eliges cambiar y tomar el control de tu vida o; eliges seguir supeditado a los caprichos de otros.
El que no sabe que no sabe nada teme y vive feliz; pero aquel que sabe que no sabe está en problemas, siempre tendrá que elegir entre saber o continuar no sabiendo.
Como dice el dicho, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Los cambios son difíciles porque implican modificar nuestros paradigmas, ponernos a pensar, exponernos a la molestia o al ridículo, romper nuestra comodidad, dedicar tiempo a aprender, descubrir cuáles son nuestras fortalezas y descubrir cuáles son nuestras debilidades, asumir quienes somos hoy. Sólo partiendo de ahí, podremos saber a donde queremos llegar.
No importa lo que pienses, asegúrate que sea lo que tú piensas;
no importa lo que desees, asegúrate que sea lo que tú deseas;
no importa lo que sientas, asegúrate que sea lo que tú sientes. (T.S.Eliot)
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